EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 22,14 – 23, 56
Domingo de Ramos– Ciclo C
(Lucas 23, 39-43) «Uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?
Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo.
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso».
COMENTARIO
“Hoy estarás conmigo en el paraíso”
(Lucas 22,14 – 23, 56)
Domingo de Ramos – Ciclo C
“Hoy estarás conmigo en el Paraíso”: palabras y promesa de Crucificado a crucificado. Lección imponente de oración de uno y de amor de Otro. Nos permite acercarnos “de otro modo” a la Pasión y por eso os invito a centrar nuestra meditación de este domingo en esta escena. Apenas cinco versículos (Lucas 23, 39-43), pero todo un “evangelio” en el sentido más literal de la palabra.
La liturgia del domingo de Ramos nos presenta cada año la lectura completa de la Pasión según uno de los evangelios sinópticos, dejando para el Viernes Santo la lectura de la Pasión según San Juan. Este año corresponde la lectura de la Pasión según San Lucas y he querido destacar esta escena que sólo aparece en Lucas, el evangelista de la misericordia.
Es un tópico presentar la Pasión de Jesús como una “vía dolorosa”, el camino al Calvario como un camino de dolor y en ese “Via Crucis” se subrayan momentos especialmente dolorosos. No es falso, pero no es lo más importante. La historia de la Pasión es la historia de la entrega amorosa de Jesús por nosotros. Antes de ser una “via dolorosa” es una “via amorosa”. Jesús no fue ni un suicida ni un kamikaze, sino alguien que entregó la vida por su amor “hasta el extremo”. Y también en esa “via amorosa” hay momentos especialmente sublimes como el que propongo contemplar hoy.
Es el diálogo de dos crucificados. Como dice el evangelio, uno está en la cruz “porque lo hemos merecido con nuestros hechos”, el otro, Jesús, ha sido condenado injustamente. Seguramente no se conocían de nada, pero coinciden en el momento de la tortura y ante la muerte dolorosa. Y en ese contexto surge un diálogo admirable.
El “buen ladrón”, anónimo, le hace a Jesús una oración sublime en su sencillez: “Jesús, acuérdate de mi cuando vengas con tu reino”. Una oración humilde y llena de confianza como ninguna otra en el evangelio: al borde de la muerte, en medio de la cruel tortura, no le pide un milagro: sólo pide un recuerdo. Una oración (tan distinta a las nuestras…) sin exigencias y sin plazo. Con una particularidad: es de las pocas veces en el evangelio que alguien llama a Jesús por su nombre: la intimidad del sufrimiento compartido. Una oración sublime.
La respuesta de Jesús desborda en generosidad la petición recibida. El plazo es “hoy”, el recuerdo pedido se transforma en destino compartido. “estarás conmigo en el Paraíso”. Lo que Jesús había negado a dos de sus íntimos, Santiago y Juan, porque nacía de lógica mundana (Marcos 10, 35-40), lo concede a quien no lo pide, pero lo merece por su humildad y sencillez. El amor de Jesús se desborda en el momento de la Cruz con aquellos que la comparten.
Como os decía, todo un evangelio en cinco versículos… La Pasión del Amor.
DARÍO MOLLÁ, SJ

7 respuestas a «Comentario al Evangelio: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”»
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Que reflexión tan enternecedora!! Ha sido un vuelco a esas escenas tan dolorosas de Jesús sufriente convertidas en escenas de amor extremo . Quiero vivir la Semana Santa sumergida en Su inmenso Amor. Gracias
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Que preciosa visión: LA VIA AMOROSA. CRISTO ENTREGADO,POR AMOR, EN CRUZ.
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La humildad, el arrepentimiento, la intimidad en el dolor, tiene como respuesta por parte de Jesús, la donación desbordante.
GRACIAS
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Me conforta esta palabra, porque siento que Jesús me ama!!
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Hoy nos enseña Jesús como su amor esta siempre esperando que con humildad reconozcamos que somos pecadores. Para decir hoy estaras Conmigo en el Paraiso. Como al buen ladron.
Muchas gracias. -
Era la oración de mi padre en sus últimos días
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Muchas gracias por el comentario. Buena Pascua!
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