San Francisco de Borja en el siglo XXI

La Archidiócesis de Valencia celebrará un Año Jubilar de San Francisco de Borja del 3 de octubre de 2021 al 3 de octubre de 2022. Una de las finalidades de dicho Año Jubilar es, en palabras de nuestro Arzobispo, “intensificar el conocimiento y devoción de la figura excepcional de San Francisco de Borja”. Como punto de partida de este conocimiento nos podemos preguntar ¿qué aporta San Francisco de Borja a los cristianos de hoy y a la misión evangelizadora de la Iglesia en el mundo actual? Señalemos, brevemente, alguna de sus aportaciones más significativas.

San Francisco de Borja es un ejemplo de cómo la llamada de Cristo puede cambiar radicalmente la vida de una persona y, en ese sentido, su mensaje es especialmente significativo para nuestra pastoral vocacional. Alguien que lo tenía absolutamente todo en este mundo (prestigio, poder, riqueza…) es capaz de dejarlo todo por Cristo. De renunciar a sus posibilidades humanas, para ingresar en una naciente Compañía de Jesús. Su persona es un ejemplo vivo y concreto de la fuerza transformadora del evangelio.

Anteriormente a su entrada en la Compañía de Jesús, San Francisco de Borja es modelo de una vida laical en la que, desde una profunda experiencia de fe y de intensa vida interior, se afrontan muchas y graves responsabilidades cívicas y políticas con un espíritu evangélico de servicio y justicia. En tiempos en que se tiende a separar ética y  política o fe y compromiso, la biografía del Santo Duque resulta bien sugerente.

Destaca también en la vida de san Francisco de Borja, tanto en la época de su vida civil como en su gobierno como tercer General de la Compañía de Jesús, su preocupación por el mundo de la cultura, consciente de la importancia del diálogo entre la cultura y el evangelio. Fundó en Gandía en primer colegio jesuita en el que se admitieron alumnos externos, transformado después en la Universidad de Gandía, primera Universidad de la Compañía de Jesús; su intervención fue decisiva en la fundación en Roma del Colegio Romano,  actual Universidad Gregoriana;  en su época de General de la Compañía se multiplicaron por doquier las instituciones educativas, especialmente los colegios jesuitas.

Bajo la dirección de San Francisco de Borja comenzaron las misiones de los jesuitas en América  (Florida,  Cuba, México, Perú…) y se impulsó la presencia misionera de los jesuitas en otras zonas del mundo en las que ya antes los jesuitas se habían hecho presentes como es el caso de Asia desde la presencia de San Francisco Javier. Esto hace de Borja uno de los santos valencianos con mayor proyección universal.

Y en el fondo de todo esto, animando este inmenso esfuerzo, una experiencia espiritual de una enorme hondura en la que podremos ir profundizando a partir de sus escritos espirituales que se han conservado y que, más allá de matices de lenguaje o sensibilidad propios de su época, nos muestran a una persona enamorada de Cristo, humilde, entregada a los demás e hijo fiel de la Iglesia.

Darío Mollá Llácer sj