Retiro online de Cuaresma

Mensualmente proponemos un retiro de una mañana en el Centro Arrupe. El retiro del mes de marzo, previsto para el sábado 28, se produce en medio de una situación excepcional de confinamiento por el coronavirus. Ofrecemos este retiro en formato online con un vídeo y un material de apoyo.

“Habiendo amado nos amó hasta el extremo”

Jesús no se “sacrifica” por nosotros, sino que nos ama hasta el extremo, hasta el final

Estamos a las puertas de la Semana Santa en un momento de mucho dolor y sufrimiento. Es momento de acercarnos a Jesús y su Buena Noticia para encontrar en Él “respiro y alivio”: “Venid a mi los cansados y agobiados…” (Mt 11,25-30).

No nos precipitemos sobre los relatos evangélicos, serenemos el corazón, dispongámonos a estar con él, y para eso nos puede ayudar una petición -para San Ignacio pedir es desear, disponerse –: “Te pedimos que nos concedas la gracia de confiar en tu ternura y misericordia incondicional y así pacificar nuestros corazones”

Momentos evangélicos para orar, para leer despacio, para que nos calen

JESÚS BUEN PASTOR

“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, escapa abandonando las ovejas, y el lobo las arrebata y dispersa. Como es asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor: conozco a las mías y ellas me conocen a mí, como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y doy la vida por las ovejas” Jn 10,11-15

El asalariado es aquel que tiene una relación de contrato con Dios. Lo que hace por los demás es para que Dios se lo premie no porque le interesen ni le preocupen sus criaturas (no perdamos la espontaneidad en el lenguaje pero que peligrosa es la expresión “esto lo hago por Dios”, cuido enfermos por Dios, aguanto a los niños por Dios…)

Al asalariado le importa la paga no las criaturas y por eso Jesús nos dice que a la hora de la adversidad este abandona y huye. El buen pastor no huye porque quiere y le importan las criaturas. Jesús es el Buen Pastor que no huye, no abandona.

El final de Jesús hay que entenderlo desde aquí. Jesús ante la adversidad no nos deja, es pura implicación compasiva hasta el final. No separemos el final de Jesús de su vida. Jesús no va a la muerte por un designio de un dios cruel que necesita sacrificios humanos para ofrecer perdón. Esa imagen es arcaica, son dioses crueles, que en estos momentos emergen desde los más hondo de nuestros miedos.

La Buena Noticia nos manifiesta a un Jesús que entrega, da, cede su vida, no la retiene para si, la suelta por amor, porque no nos abandona en la adversidad, no huye. El amor de Jesús, el amor de Dios no es “vaporoso”, no es un mero sentimiento de bienestar. Es un amor que nos abraza en lo más hondo de nosotros y nos sentimos acompañados por él sobre todo en estos momentos. Jesús nos libera de un sufrimiento añadido al que ya tenemos: creer que estamos siendo castigados por un dios sátrapa oriental que gobierna este mundo a su antojo. Dios es Amor y sólo Amor, pero el Amor siempre lleva compromiso, sufrimiento, abnegación por la gente que se quiere.

JESÚS AMOR HASTA EL EXTREMO

Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que llegaba la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” Jn 13,1

Conocemos el relato del lavatorio de los pies. Este relato en el evangelio que se proclama al inicio del triduo pascual en la eucaristía del jueves santo. No es un mero gesto de humildad por parte de Jesús. Este gesto, es más, mucho más. Jesús sabe que está al final de su vida, que lo están acechando porque no ha huido, no nos ha dejado. Se levanta y se quita el manto, el manto es poder y señorío, y se ciñe una toalla, que es lo que ha hecho toda su vida, y este Jesús que viene de Dios y a Dios vuelve, aquel que es el Hijo, se abaja a nuestros pies para servirnos. Nos podemos detener aquí un poco y dejarnos conmover.

Nuestro Dios abajo sirviendo, sirviendo en los hospitales en este momento en que las manos de Dios son las manos de todos los sanitarios en los hospitales y en las residencias de ancianos en las que se acumula el dolor y los gestos anónimos de alivio, en nuestras familias y comunidades haciéndonos la vida un poco más fácil unos a otros… eso es eucaristía. Jesús abajado a nuestros pies sirviendo hace que nos descubramos en horizontal a los ojos y descubrirnos como hermanas y hermanos necesitados unos de otros. Pedro no quiere dejarse servir porque intuye que si se deja servir por el Maestro y Señor no le queda otra cosa que hacer que lo mismo. Este tiempo nos está haciendo caer en la cuenta de que el Evangelio es vida y que el Señor Jesús es “camino, verdad y vida”, que nuestra fe es Confianza y no un mero “contenido de doctrina”.

JESÚS SERVICIO Y SÓLO SERVICIO

Estos relatos nos pueden ayudar a caer en la cuenta de que todo el vivir de Jesús ha sido servicio y querer reunirnos como familia de Dios. Sigamos deseando que Jesús nos sane especialmente en este tiempo la experiencia del Dios que él nos muestra como Padre-Madre. Que nos sane imágenes que provocan más sufrimiento, Dios no nos atormenta, nos castiga, nos victimiza… Jesús nos rescata de imágenes de Dios que nos atrapan y nos rescata de nuestros miedos que paralizan y atrapan, nos rescata de creer que somos dioses. Jesús da su vida para que rescatemos nuestra plena humanidad con todas sus consecuencias.

“En aquel momento se acercaron unos fariseos a decirle: —Sal y retírate de aquí, porque Herodes intenta matarte. Jesús les contestó: —Id a decir a ese don nadie: mira, hoy y mañana expulso demonios y realizo sanaciones; pasado mañana terminaré. Con todo, hoy y mañana y pasado tengo que seguir mi viaje, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los enviados, cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a los pollitos bajo sus alas; y os resististeis!” Lc 13,31-34

Pero Jesús los llamó y les dijo: —Sabéis que entre los paganos los que son tenidos por gobernantes tienen sometidos a los súbditos y los poderosos imponen su autoridad. No será así entre vosotros; más bien, quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor; y quien quiera ser el primero que se haga esclavo de todos. Pues este Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos” Mc 10, 42-45