Lo relevante ya no es la salvación

«Pensar y sentir la muerte. El arte del buen morir»[1], es un libro contracultural. Así lo define Javier de la Torre, autor del mismo y director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas. Es contracultural pues desea recuperar una historia olvidada, porque invita a reconciliarse con los símbolos de la muerte y es profundamente crítico con el silencio y la represión de la muerte dominantes en la actualidad. Contracultural porque quiere recuperar una ancianidad serena y reflexiva en medio de tanto envejecimiento activo, porque invita a ser presencia y escucha al lado de la angustia de la muerte hoy. Contracultural pues ofrece un camino -el ignaciano- a la muerte. Un párrafo del libro referido es un ejemplo de esta contraculturalidad.

«Muchas veces -no todas, por supuesto-, el sacerdote no ayuda a franquear reconciliado y en paz el umbral de la muerte, sino que su papel se reduce a «acompañar al moribundo». El religioso ya casi no puede más que hablar tembloroso de la esperanza religiosa, y las más de las veces lo que ayuda es hacer más dulce y digno el instante final. La palabra evangélica es dejada a un lado por la relación con el pronto morirá. La persona religiosa ya no responde a preguntas por el más allá, sino que escucha profundamente, tranquiliza y facilita el tránsito. Lo relevante ya no es la salvación, sino la muerte digna; no es el prepararse a morir, sino vivir humanamente el final. Ya no se trata de aceptar la voluntad de Dios, sino de aceptar la imposibilidad médica de que no hay esperanza de vencer la enfermedad»[2].

[1] De la Torre, J. (2012). Pensar y sentir la muerte. El arte del buen morir. Madrid: San Pablo

[2] Ibid., pp. 233-234