El 27 de Septiembre de 1540 fue promulgada la Bula de aprobación de la Compañía de Jesús. Con este motivo y coincidiendo con el bicentenario de la Restauración de la Compañía se celebró este sábado pasado un Te Deum en la Iglesia del Gesú de Roma. La celebración fue presidida por Francisco en la que, aludiendo a la supresión de la Compañía de Jesús, comparte estas reflexiones:
«La nave de la Compañía fue zarandeada por las olas y ello no debe sorprender. También la barca de Pedro lo puede ser hoy. La noche y el poder de las tinieblas están siempre cerca. Es fatigoso remar. Los jesuitas deben ser «expertos y valerosos remeros» (Pío VII, Sollecitudo omnium Ecclesiarum): ¡remen entonces! ¡Remen, sean fuertes, incluso con el viento en contra! ¡Rememos al servicio de la Iglesia! ¡Rememos juntos! Pero mientras remamos – todos remamos, también el Papa rema en la barca de Pedro – debemos orar tanto: «¡Señor, sálvanos!», «¡Señor salva a tu pueblo «. El Señor, aun si somos hombres de poca fe nos salvará. ¡Esperemos siempre en el Señor! ¡Esperemos siempre en el Señor!