El regreso a las actividades de la Escuela de Oración del Centro Arrupe tras la interrupción por la DANA ha traído consigo un valioso testimonio de fe y comunidad. Los miembros del grupo, reunidos nuevamente en enero de 2025, comparten cómo este espacio les ayuda a conectar con Dios y fortalecer sus relaciones.
En noviembre de 2024, a causa de la DANA del 29 de octubre, hubo que interrumpir la Escuela de Oración, apenas iniciada dos semanas atrás. El Centro Arrupe concentró toda su atención en la emergencia. Además de las ayudas directas a los damnificados, el Centro ofreció todas las semanas, una oración abierta por las personas, las familias y las localidades directamente afectadas por la riada.
Algunos miembros del grupo de los miércoles de la Escuela de Oración no podían participar (pues la oración era los martes) y, por iniciativa del grupo, continuamos reuniéndonos los miércoles para orar y compartir lo que estábamos viviendo.
Ahora, en enero de 2025, los tres grupos de la Escuela (dos el martes y uno el miércoles), hemos regresado “a la normalidad” con muchas ganas de encontrarnos.
En este primer espacio, hemos participado prácticamente todos los miembros del grupo de los miércoles. Al compartir lo vivido durante Navidad, todos coincidimos en reconocer cómo nos ayuda este encuentro semanal.
Es un momento en el cada uno puede expresar sencillamente su experiencia de oración, las dificultades que ha vivido durante la semana, las dudas o preguntas que se le plantean, y lo que más le ha ayudado a encontrarse con Dios, tanto en el rato de oración como durante el día.
Todos sentimos que es un verdadero acompañamiento grupal de nuestro encuentro personal con Dios, que tanto deseamos. Somos conscientes también -y lo comentamos- de cómo la relación “a solas con Dios” en la oración, nos capacita para una mayor y mejor relación con las personas de nuestro entorno.
Gracias al grupo y gracias al Centro Arrupe, que nos ofrece este itinerario sencillo.
Texto: Carmen Melchor.
