Confieso que la frase “Cáritas no es una ONG” me disgusta, y el uso que muchos le dan y la utilización que hacen de ella me indigna. Me disgusta un cierto tono de superioridad y juicio sobre las ONGs que encierra la frase: como aquello de aquel que decía: “a mí, a humilde no me gana nadie”. Y me indignan utilizaciones torticeras de esa frase. Cito sólo tres de ellas: utilizarla para denigrar o descalificar el trabajo de tanta gente de Cáritas, como diciendo que no hacen lo que tienen que hacer, que menos trabajo social y “más evangelización”; utilizarla para descalificar el trabajo de análisis y crítica social que hace Cáritas: “eso no le toca, para eso están las ONGs; y tercera, la más torticera e indignante, para autojustificarse por la propia falta de compromiso con Cáritas.
Es peligroso repetir esa frase, porque aunque pueda parecer incluso razonable a primera vista, está cargada de ambigüedad, puede ser un engaño en toda regla.
Pero quiero ser positivo y decir significados auténticos de la afirmación “Cáritas no es una ONG”. Diré cuatro:
- Efectivamente, Cáritas no es una ONG porque para los cristianos, curas o laicos, el compromiso con los pobres y con los que sufren la injusticia no es ni opcional ni delegable, y va unido al propio ser cristiano. Cada uno deberá discernir el modo cómo lo ejecuta, pero el compromiso mismo con los pobres no es objeto de discernimiento, ni opcional… como lo pueda ser apuntarse a una ONG o no;
- Efectivamente, Cáritas no es una ONG porque Cáritas pretende atender a todas las dimensiones del pobre y del que sufre. Y todas son todas. Evidentemente no sólo las dimensiones más “materiales”, pero ciertamente no sólo se trata de bellas palabras, y menos aún de bellas palabras dichas desde la falta de compromiso real;
- Efectivamente, Cáritas no es una ONG, porque tiene, por su raíz evangélica, unos valores y una forma de actuar distinta e innegociable: la del respeto absoluto a la dignidad de la persona en su forma de acercamiento y en su forma de prestar ayuda. Y ese modo de hacer destaca por “ir más allá” en la gratuidad y el acompañamiento.
- Efectivamente, Cáritas no es una ONG porque para un cristiano/a no hay militancia a favor de los pobres y los que sufren “a tiempo parcial”, un ratito cada semana, el que dedico a mi ONG… Porque no se puede, por una parte, colaborar con Cáritas y por otra colaborar en aquellos mecanismos o con aquellas personas que generan el sufrimiento de los que se acercan a Cáritas.
Darío Mollá, sj