EVANGELIO SEGÚN SAN Lucas 1, 26 – 38
Domingo II de Adviento – Ciclo C
SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
COMENTARIO
“HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR” (Lucas 1, 26 – 38)
SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Por petición de la Conferencia Episcopal de España celebramos este domingo la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María a pesar de ser el domingo segundo de Adviento. Mi comentario de hoy quiere situar a María en el contexto del Adviento. La liturgia nos propone como evangelio el conocido pasaje de la Anunciación. He querido destacar la frase que resume la respuesta de María a la propuesta de Dios por mediación del ángel Gabriel: “He aquí la esclava del Señor”.
La “esclava”. No nos es fácil captar a nosotros todo lo que esa palabra significaba en el contexto histórico en el que María la pronuncia. Significaba una dependencia total, absoluta, de la voluntad del amo, en este caso de la voluntad de Dios. María pone por entero su persona y su vida en las manos de Dios. Para ella ya no hay más voluntad que la de Dios, ni más proyecto personal que el de Dios. Con una radicalidad absoluta, sin matiz ni salvaguarda ninguna. Y por siempre.
Esa absoluta disponibilidad de María para la voluntad de Dios va a tener dos consecuencias importantes. La primera es que, paradójicamente, va a hacer de María una mujer plenamente libre. Identificar nuestra voluntad con la de Dios es la fuente de la verdadera y plena libertad. Cuando más de Dios somos más libres somos. La segunda es que otorga a María un papel decisivo en la historia de la salvación como Madre de Cristo y de la Iglesia.
¿Pero quién era esa María de Nazaret? ¿qué es lo que tuvo que hacer a partir del momento de la Anunciación? María era una sencilla muchacha, aparentemente una más, en un pequeño pueblo de un pequeño país sometido a Roma. Nada en lo exterior la distinguía de las otras muchachas de su pueblo y generación. En su interior, sí: una plena entrega a Dios. ¿Qué es lo que María hace a partir de la Anunciación?: cosas aparentemente “normales”, nada especial o llamativo. Un gesto de delicadeza y sensibilidad humana con su prima Isabel, embarazada en su vejez, y luego el cuidado de una madre con su hijo a lo largo de la vida. Eso sí: con una fidelidad absoluta hasta en los momentos más difíciles; nada la separa de su Hijo, ni siquiera la cruz.
Todos nosotros estamos llamados como ella, aunque con nuestras limitaciones y debilidad, a ser “esclavos” del Señor, y con ello ser también hoy, en nuestro mundo, instrumentos del amor de Dios a la humanidad. No se nos pide nada fuera de lugar, nada que no sea una entrega plena en el día a día de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestro trabajo. El Señor ha querido necesitar también hoy de nuestro corazón y de nuestras manos. Que María Inmaculada nos ayude a dar una respuesta tan llena de fe y generosidad como la suya.
DARÍO MOLLÁ, SJ
4 respuestas a «Comentario al Evangelio: “He aquí la esclava del Señor”»
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Com hi ha que interpretar,el que per una banda es diga que estaba despojada i per altura que no conocía mascle?
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Con la ayuda de tan magnífica Madre, pongo mis manos mi corazón y mis pies a su disposición por los Dias que me queden de vida 🙏🏽🤗
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Amén. Muchas gracias.
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Disponibilidad, humildad, servicio, obediencia a Dios…
¡Tú fuiste elegida,oh virgen María, tú fuiste elegida ser madre de Dios!GRACIAS Darío
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