EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 11b – 17
Solemnidad Corpus Christi – Ciclo C
En aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación.
El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:
«Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado».Él les contestó:
«Dadles vosotros de comer».Ellos replicaron:
«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente».Porque eran unos cinco mil hombres.
Entonces dijo a sus discípulos:
«Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno».Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos.
Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.
COMENTARIO
“COMIERON TODOS Y SE SACIARON…”
(Lucas 9, 11b – 17)
Solemnidad Corpus Christi – Ciclo C
En este domingo del Corpus Christi nos ofrece la liturgia para nuestra contemplación el relato de la multiplicación de los panes según el evangelio de Lucas. Es un relato que, especialmente en su versículo 16, tiene una honda resonancia eucarística: “Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y se los fue dando a los discípulos para que, a su vez, se los sirvieran a la gente”. El mismo Lucas en el capítulo 22, 19 narra así la institución de la Eucaristía: “Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: ‘Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío”. El paralelismo de ambos versículos es evidente.
Mi propuesta para nuestra contemplación de hoy es que nos fijemos de una manera especial en los sentimientos y las acciones de Jesús. Lucas es un evangelista dotado de una especial sensibilidad, y desde esa sensibilidad suya nos presenta a un Jesús entrañablemente humano y cercano.
Comienza el evangelio de este domingo con un versículo que es una breve y preciosa síntesis de los sentimientos y las acciones de Jesús: “Él los acogía, les hablaba del Reino de Dios y curaba a los que tenían necesidad de ser curados”. Previamente a eso Jesús se había retirado a descansar, pero cuando la gente se entera de dónde está y van en masa a verle Jesús no se esconde, ni los rechaza, ni los despacha más o menos educadamente, sino que los “acoge”. Un verbo que, a nosotros, los instalados en nosotros mismos, en nuestras necesidades o nuestras comodidades, nos cuesta tanto practicar… Esa acogida se traduce en palabra de buena noticia y en compasión ante cualquier sufrimiento: “los que tenían necesidad de ser curados”.
Pasan así toda la jornada hasta que “el día había comenzado a declinar”. Para el corazón misericordioso de Jesús no hay prisa ni otra prioridad que la de atender a la gente. Los discípulos se inquietan y le dicen a Jesús que envíe a la gente a sus casas a que busquen alojamiento y comida. “Despide a la gente”, le dicen. No veamos esta frase como un fruto de insensibilidad o falta de compasión de los discípulos, sino como una confesión de impotencia: “no tenemos más que cinco panes y dos peces”, lo que tenemos no es suficiente… La misma impotencia que nosotros sentimos ante tanta necesidad y sufrimiento como nos rodea.
Y Jesús les dice: dadme lo que tenéis y no os preocupéis de más. Transforma el pan en eucaristía y la escasez en abundancia. “Dadles vosotros de comer”. Jesús no les pide ni a ellos ni a nosotros el milagro, eso es cosa suya. Lo que nos pide es la entrega. Sí: la entrega de lo que somos y tenemos. De todo.
DARÍO MOLLÁ, SJ

4 respuestas a «Comentario al Evangelio: “Comieron todos y se saciaron…”»
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Gracias tus comentarios me ayudan.
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Más que la magia de multiplicar, el Señor Jesus los invitó a compartir…y alcanzó para todos.
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Pongamos nuestra disponibilidad y entrega, Él realizará el milagro. GRACIAS Darío.
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Muchas gracias por el comentario.
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