El pasado sábado 24 de mayo, las integrantes del grupo Red Mujeres del Centro Arrupe Valencia tuvieron una significativa oportunidad de encuentro en clave de retiro. Veinte mujeres se congregaron para dedicar un espacio a la oración profunda, buscando la calma y la fortaleza en la presencia de Dios.
El Salmo 62: Un ancla para el alma
La jornada de retiro comenzó envuelta en la melodía inspiradora del Salmo 62, cuyas palabras resonaron en el ambiente, invitando a la interioridad desde el primer momento:
“Sólo en Dios descansa, alma mía, de él viene mi esperanza.
Él solo es mi roca, mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.
En Dios está mi salvación y mi gloria, mi roca firme, mi refugio está en Dios.”
Este potente salmo sirvió como punto de partida para la reflexión, convocándonos a reconocer en Dios nuestro verdadero hogar, nuestro lugar de partida y de regreso, el cimiento desde donde podemos caminar con seguridad en la vida.
Confiar en la promesa: Un camino de esperanza
A lo largo de las meditaciones, las participantes fueron invitadas a profundizar en la idea de que, en nuestro caminar vital, el Señor se hace responsable de todo. Lo único que se nos pide es una entrega confiada a su presencia, tanto en el presente como en el futuro.
Esta confianza radical en Él es la verdadera esperanza que podemos albergar; una esperanza que no es un mero optimismo, sino la certeza de que la promesa de Dios se cumplirá. La jornada fue un recordatorio poderoso de que, incluso en la incertidumbre, podemos descansar en Él.
El retiro fue un valioso espacio para nutrir la fe y reafirmar el compromiso de la Red Mujeres de caminar juntas, apoyándose en esa esperanza común que solo en Dios encuentra su fundamento y plenitud.

