Este fin de semana estamos celebrando la IV edición de la Escuela de Pastoral Educativa de Valencia. Se trata de una propuesta, destinada a educadores, con una mirada a largo plazo. La intención no es presentar recursos y herramientas de última generación para la tarea pastoral en los centros educativos sino ofrecer un espacio donde pensar con perspectiva y horizonte dicha pastoral.
El planteamiento que hacemos en esta cuarta edición es una mirada sobre las dinámicas sociales, culturales, religiosas, económicas, políticas que están ya configurando lo que será la sociedad en la que vivirán los niños y adolescentes de hoy. De esta manera, nos alineamos con nuestra misión de proponer una mirada más profunda de la realidad, percibiendo las corrientes culturales de fondo y sus repercusiones en la posibilidad de la fe.
Y es que, como afirma La alegría del Evangelio en su número 73, «nuevas culturas continúan gestándose en estas enormes geografías humanas (las ciudades) en las que el cristiano ya no suele ser promotor o generador de sentido, sino que recibe de ellas otros lenguajes, símbolos, mensajes y paradigmas que ofrecen nuevas orientaciones de vida, frecuentemente en contraste con el Evangelio de Jesús.»
Si esto es así, la evangelización de la cultura pide generar y desplegar procesos a largo plazo, con una visión lo más amplia posible, sin la presión de tener que dar respuestas inmediatas, convocando a quienes deseen sumarse a una contemplación de la realidad porque tienen capacidad de percibir e identificar aquello que está aconteciendo. Es lo que estamos intentando con la Escuela de Pastoral Educativa este fin de semana, concretando nuestro servicio a la fe.