El Centro Arrupe Valencia fue el punto de encuentro para una enriquecedora sesión formativa dedicada a explorar y fortalecer la identidad y misión del voluntariado jesuita.
El pasado 25 de febrero, el equipo de voluntariado, junto a personas interesadas en vincularse como colaboradoras de las obras sociales de la Compañía de Jesús, se reunieron para compartir experiencias, reflexionar sobre su labor y reafirmar su compromiso con la justicia social.
La jornada, guiada por Cecilia Villarroel, directora del Servicio Jesuita a Migrantes Valencia y Encarna Durán, coordinadora regional de Entreculturas, ofreció un espacio de encuentro, reflexión y aprendizaje.

Hitos de solidaridad y compromiso
A lo largo de dos horas, los participantes realizaron una dinámica para repasar los hitos más significativos de su recorrido voluntario, recreando una línea de tiempo personal, que luego fue compartida en pequeños grupos.
En este ejercicio, se compartieron los momentos clave que marcaron su despertar al voluntariado: desde el impulso hacia la justicia y la sensibilidad frente a las desigualdades, hasta el compromiso con las personas más vulnerables, guiados por la fe o por el deseo de contribuir a un mundo mejor.
Se destacó la influencia de personas y hechos que motivaron a seguir este camino de solidaridad y cómo, a pesar de las diferencias culturales, sus historias se entrelazan a través de ideales comunes.
Binomio inseparable: fe y justicia
El encuentro también permitió profundizar en el contexto de las obras sociales de la Compañía de Jesús en España. Se destacó la resolución «Fe y Justicia» de la Congregación General 34º (1995), donde los jesuitas reafirmaron su compromiso con la justicia social y la promoción de la fe. Cecilia Villarroel subrayó que este binomio sigue siendo un pilar central para quienes desean ser parte activa de este movimiento de voluntariado, independientemente de su religión.
Además, se abordó la importancia de cultivar una mirada contemplativa hacia la realidad social, que permita quitar las vendas que nos impiden tener una visión más comprometida, crítica y sensible.
Las personas asistentes también identificaron al menos uno de los nuevo rasgos fundamentales que definen a quienes trabajan o son voluntarios en el Centro Arrupe: el firme compromiso con la justicia social, el impulso de tomar partido, la cercanía a las fronteras humanas, la fe y la espiritualidad, entre otros valores esenciales.
Al finalizar la actividad, cada participante se comprometió a reflexionar sobre qué cualidades debe fortalecer en su propia trayectoria como voluntario, o incluso si deben generar nuevas actitudes que fortalezcan su compromiso.








