El paso del tiempo nos invita a mirar hacia dentro, a reflexionar sobre lo vivido y a encontrar un nuevo sentido en la etapa del envejecimiento.
En el Centro Arrupe Valencia, el programa ‘El Reloj de la Vida’ se presenta como un acompañamiento valioso en este proceso, ofreciendo un espacio de reflexión y crecimiento personal desde la espiritualidad ignaciana.
A través de seis módulos o talleres, este programa elaborado por CVX España, busca ayudar a las personas a afrontar los desafíos del envejecimiento con plenitud cristiana, asumiendo la realidad de esta etapa y descubriendo las oportunidades que ofrece.
Conversamos con Juan Omeñaca, participante y actual colaborador de ‘El Reloj de la Vida’, quien nos comparte su experiencia personal y nos revela cómo esta iniciativa ha transformado su visión del envejecimiento, invitándonos a vivir esta etapa con mayor consciencia y plenitud.
¿Qué te llevó a participar en «El Reloj de la Vida»?
Conocer que hay un programa que trata de visibilizar la etapa que puede ser la final de la vida. Que propone meditar y orar con los recursos que ofrece como herramientas que ayudan a encontrar sentido a las situaciones que se avecinan por la edad y las circunstancias.
¿Qué aspectos del programa te resultaron más significativos?
Aquellos que ofrecen ayuda para afrontar la pérdida de capacidades, sobrevivir en situaciones de sufrimiento, encontrar el sentido de la vida que me queda.
¿Hubo algún momento o ejercicio que te impactara especialmente?
La aceptación de lo que no puedo cambiar.
¿Qué te motivó a convertirte en colaborador del programa?
Como a mí me hizo bien trabajar en el programa, me ofrecí como colaborador para realizar programas posteriores que ayuden a otras personas.
¿Qué desafíos y satisfacciones encuentras en tu rol actual?
Me motiva preparar bien mi aportación en el desarrollo de los talleres. Esta participación me llena de satisfacción y, además, me hace recordar y profundizar en el contenido de cada taller.
¿Cómo ha influido el programa en tu vida espiritual o personal?
El programa me ha servido y me sirve para encontrar un sentido a esta etapa de mi vida. Me ha influido planteándome unos valores que deseo guíen mi vida: la humildad, la aceptación, acoger a toda persona, confiar en Dios y descubrir su cercanía.
¿Qué le diría a alguien que está considerando participar en el programa?
Puede ayudarle a dar un sentido envolvente para la etapa que le queda por vivir. Puede encontrar en esta etapa cómo adquirir capacidades para abordar situaciones reales de sufrimiento, de soledad, de asuntos no perdonados y, como base de todo ello, poder encontrar el sentido de la vida.
