En un gesto de solidaridad y compromiso, cerca de 30 jóvenes de diferentes puntos de España participaron en un Campo de Trabajo organizado por el Centro Arrupe Valencia durante las pasadas Navidades. Con la principal tarea de ayudar a rehabilitar las instalaciones de Cáritas en Paiporta, gravemente afectadas por la DANA que azotó la zona.
Desde principios de noviembre, el Centro Arrupe Valencia, en colaboración con Cáritas Paiporta, identificó las necesidades más urgentes para la reconstrucción. Gracias al contacto con personas como Vicenta, Juana y Lidia, voluntarias de Cáritas, se estableció un plan de acción concreto.
El 25 de diciembre, mientras muchas familias se reunían para celebrar la Navidad, estos jóvenes comenzaron a llegar a Valencia con el firme propósito de ayudar. Lejos de optar por el descanso tradicional de estas fechas, eligieron dedicar su tiempo y esfuerzo a reconstruir la esperanza de cientos de personas en Paiporta. A este esfuerzo se sumaron cerca de 40 adultos del Centro Arrupe, encargados de la logística de la actividad.
Trabajo en equipo y espíritu de servicio
Durante los días del Campo de Trabajo, los jóvenes se dedicaron a tareas de limpieza, rehabilitación y mejora de las instalaciones, especialmente, de Cáritas Paiporta y de la parroquia La Inmaculada. Bajo la supervisión de Jesús, un maestro de obras cercano a la organización, trabajaron con arena, cemento, ladrillos, andamios, martillos, palas y sierras, demostrando una gran capacidad de adaptación y servicio.
Además, ayudaron organizando y clasificando la ropa que recibe Cáritas a modo de donativo, para hacerla llegar a las familias más afectadas.
La experiencia dejó una profunda huella en los participantes. Jóvenes de Madrid, Vigo, San Sebastián, Zaragoza, Logroño, Burgos, Ciudad Real y Sevilla, nos compartieron sus reflexiones sobre el impacto del Campo de Trabajo:
Almudena Baratech, de Madrid, describió la intensidad emocional de la experiencia: «La verdad es que esta experiencia está siendo súper fuerte emocionalmente. Y, a la vez, estoy súper agradecida de estar aquí, porque no tuve la ocasión de venir cuando pasó todo. Sigue haciendo falta mucha ayuda. Creo que juntos podemos hacer mucho bien y ayudar a estas personas que no tienen ninguna culpa de estar viviendo todo lo que están viviendo. Animo a todo el mundo a que puedan unirse de alguna manera.»
Beñat Lakarra, llegado desde San Sebastián, explicó su motivación para participar: «Me habían comentado que estaba la posibilidad de hacer este proyecto con Magis, que es un proyecto que llevan con jóvenes. Me apunté porque yo soy muy lanzado a todos los planes así. Y el tema de lo social me llama mucho. Y cuando vi la oportunidad dije: pa’lante con eso. Además, ando mirando mucho las noticias. Llevan dos meses aquí de mucho trabajo y todavía falta muchísimo. Entonces, hay que animar a la gente a que no se olvide de Valencia, porque todavía falta mucha mano de obra.»
Raquel Fernández, desde Vigo, compartió su perseverancia por participar y el impacto que tuvo la experiencia: «Llevo desde que ocurrió esto de la DANA intentando venir… En cuanto surgió esta oportunidad no lo dudé… Estuvimos picando paredes, porque están llenas de humedades y hongos… Impacta mucho más de lo que parece porque al final ya han pasado dos meses, pero lo que queda por hacer es muchísimo… al final, te sientes súper satisfecha de que estás formando parte de algo súper importante. La gente viene y te lo dice directamente.»
Lucas Llano, también de Vigo, resumió su vivencia con entusiasmo: «Vine desde Vigo. Se me presentó el voluntariado y no me lo pensé dos veces porque tengo un amigo que estudia aquí en Valencia y ya me había enseñado cómo estaba toda la situación. Entonces, a la hora de venir, no me lo pensé dos veces. La verdad es que está siendo una experiencia increíble. Tengo claro que es algo que me va a marcar para siempre. Ver toda la acogida con la que nos han recibido aquí, mensajes de gracias por todas partes, gente preguntando que si necesitamos ayuda. Ha sido una pasada, de verdad nunca olvidaré esto.»
Un llamado a la acción que surgió de la necesidad
Esta iniciativa surgió de la necesidad de apoyar a las instituciones que trabajan directamente con las personas afectadas por la DANA.
Los voluntarios se alojaron en la Casa de Ejercicios La Purísima en Alacuás y la Compañía de Jesús cubrió los gastos de manutención y vivienda. El Campo de Trabajo se desarrolló del 26 al 30 de diciembre. Para ello, los participantes tuvieron que llegar el día 25 y regresar el día 31. Lo cual supuso un esfuerzo importante, considerando las acostumbradas celebraciones de estas fechas.
Estas acciones representan un rayo de esperanza en medio de la difícil situación que atraviesan muchas personas en Paiporta. La generosidad y el compromiso de estos jóvenes demuestran que, incluso en los momentos más difíciles, la solidaridad y el espíritu de servicio pueden marcar la diferencia.