Este sábado 9 de diciembre te proponemos un nuevo gesto que ayude a cultivar la espiritualidad. Se trata, como venimos haciendo esta semana, de contemplar para ver, reconocer, darse cuenta. Llegar a ser tierra de acogida necesita el cuidado de esta actitud contemplativa que permite acoger la presencia de los otros, de Dios.
En su Exhortación La alegría del Evangelio, el papa Francisco reflexiona sobre esa mirada contemplativa sobre nuestras ciudades que nos descubre la presencia que las habita:
“Necesitamos reconocer la ciudad desde una mirada contemplativa, esto es, una mirada de fe que descubra al Dios que habita en sus hogares, en sus calles, en sus plazas. La presencia de Dios acompaña las búsquedas sinceras que personas y grupos realizan para encontrar apoyo y sentido a sus vidas. Él vive entre los ciudadanos promoviendo la solidaridad, la fraternidad, el deseo de bien, de verdad, de justicia. Esa presencia no debe ser fabricada sino descubierta, develada. Dios no se oculta a aquellos que lo buscan con un corazón sincero, aunque lo hagan a tientas, de manera imprecisa y difusa” (EG 71)