El pasado 8 de marzo, el Centro Arrupe Valencia culminó una edición más de “El Reloj de la Familia”, una valiosa iniciativa que, de la mano de CVX (Comunidades de Vida Cristiana), se ofrece anualmente para ayudar al crecimiento de la vida familiar, la relación de pareja y la educación de los hijos, todo ello desde la espiritualidad ignaciana. Este espacio de encuentro y reflexión ha vuelto a dejar una huella profunda en sus participantes.
Hemos recogido las impresiones de algunas de las parejas participantes, quienes compartieron sus experiencias sobre los cambios percibidos y los aspectos más valiosos de las jornadas, que resumimos en cuatro aspectos a destacar:
Un tiempo para la pausa y la reflexión
Varias parejas resaltaron la importancia de la oportunidad que les brindó el curso para detener la vorágine del día a día y dedicar un tiempo a la reflexión profunda. En un mundo donde la prisa a menudo consume los espacios personales, este momento de los sábados se convirtió en un oasis para pensar sobre la vida de pareja y familiar.
Enseñar a los hijos el valor del cuidado mutuo
Otro aspecto muy valorado fue cómo, a través de la experiencia de los padres en el curso, se logra transmitir a los hijos la importancia fundamental de cuidar la relación de pareja y, por extensión, la vida familiar en su conjunto.
La necesidad de invertir en la vida familiar
Los participantes resaltaron la toma de conciencia sobre la necesidad de dedicar tiempo y energía al cuidado activo de la vida familiar. Comprendieron que este “tiempo de calidad” no es un lujo, sino una inversión esencial para el florecimiento y la armonía del hogar.
Redescubriendo la riqueza de la vida en pareja
Hubo quienes expresaron haber descubierto y valorado nuevas dimensiones en su relación de pareja que antes no tenían presentes, o a las que no les daban la atención necesaria. El curso les permitió mirar su unión con nuevos ojos, enriqueciendo su vínculo.
“El Reloj de la Familia” se presenta como una oportunidad única para que las parejas y familias puedan “parar” en el ajetreo de la vida cotidiana y dedicar un tiempo a lo verdaderamente importante: su relación y el bienestar de su hogar. Desde la espiritualidad ignaciana, se ofrecen herramientas y reflexiones para vivir la fe en el ámbito doméstico y fortalecer los lazos de amor.
Con cada edición, se tejen nuevas historias de amor, comprensión y compromiso, impulsando una vida familiar más plena y consciente. Permanezcan atentos a nuestras redes y web para las fechas del próximo curso.

