EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 23-29
Domingo VI de Pascua – Ciclo C
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo, Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis»
COMENTARIO
“La paz os doy”
(Juan 14, 23-29)
Domingo 6º de Pascua – Ciclo C
La paz es uno de los grandes dones del Señor resucitado. Con esa palabra de paz saluda Jesús a sus discípulos cuando se encuentra con ellos después de la resurrección (Lucas 24, 36; Juan 20, 19.26). En el evangelio de hoy, que es parte del discurso de despedida de Jesús después de la última cena, ya anticipa ese don de la paz como uno de sus regalos al partir de este mundo.
En fidelidad al mensaje de Cristo, la paz, esa paz amenazada en un mundo tan dividido y en una sociedad tan polarizada como los que vivimos, y, de hecho, rota en tantos lugares, es una de las grandes preocupaciones de la Iglesia en este momento histórico. El Papa León XIV ya en su primer saludo tras su elección insistió en su llamada a la paz y no ha dejado de hacerlo en estas pocas semanas de pontificado. Con él, oremos por la paz.
Sugiero que en este domingo en que recordamos la promesa y el don de paz del Señor a sus discípulos, y más allá de nuestra noble y legítima preocupación por la paz mundial y de nuestra oración por ella, nos preguntemos cada uno de nosotros ante el Señor: ¿somos personas de paz? ¿somos personas que generamos paz a nuestro alrededor? Porque, por desgracia, muchas personas que hacen proclamas por la paz en el mundo, sin embargo, a su alrededor lo que siembran es división, enfrentamiento e incluso odio y violencia. Concreto esa pregunta en tres aspectos para ayudar a nuestra reflexión.
¿Cómo vivimos y resolvemos los pequeños o grandes conflictos inevitables que se dan en toda convivencia humana? Porque en la convivencia humana, en el ámbito que sea, sea el familiar, el laboral, el político, el ideológico, etc.… es normal que haya choques y conflictos, porque somos distintos y diversos, porque pensamos y sentimos de distinto modo, porque nos equivocamos… ¿Somos personas de paz o tendemos a exagerar los conflictos y a magnificar los choques? ¿Sabemos perdonar y sabemos pedir perdón?
En una sociedad y un mundo tan complejo como el nuestro, tan variado culturalmente, con tantos modos diversos de plantear y resolver los problemas, con tanta diversidad de posturas religiosas, políticas, ideológicas… ¿cómo nos situamos con respecto a los que no piensan como nosotros, ante los que son de otras culturas, ante los que vienen de historias distintas a las nuestras? La firmeza en las propias convicciones, que es buena y necesaria, no tiene por qué ser intolerancia ni por qué impedir el diálogo.
Decimos, y decimos con verdad, que para que haya paz es necesaria la justicia: la justicia es condición previa y necesaria para la paz. ¿Somos personas que obran y actúan con justicia en los campos en los que tenemos responsabilidad sobre tareas y personas? Si es así, estamos favoreciendo, de verdad, un mundo de paz y en paz.
DARÍO MOLLÁ, SJ

6 respuestas a «Comentario al Evangelio: “La paz os doy”»
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Son de mucha ayuda.
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Éj amor es siempre generador de vida, esta lleno de creatividad. Habitar en el amor de Dios produce paz. No importan ya las circunstacias vitales que me rodean. La relación del amor y la ternura hacia Dios, se erige en centro de la existencia. Nada mas importa.
Gracias por su comentario, siempre me ayúda. P. Dario
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Hay quien dice que la Paz no existe: que lo que llamamos Paz, es sólo un período entre guerras.
Pero yo siento Paz, cuando mi nieta se coge del dedo y, caminamos juntos, cuando me abrazo y me besa.
La Paz existe en todas las personas amadas por Dios: tanto si lo sienten, como so no. -
No siempre construyo paz con los diferentes, con los que no coincido…perdóname, Señor y hazme humilde y sierva de tu paz
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Gracias … Más claro imposible.. ahora que el Señor nos ayude a vivirlo
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Muchas gracias por el comentario. La Paz sea con nosotros.

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