Todos los martes a las 21 h van llegando al Centro Arrupe con sus bocatas. Poco a poco, se van juntando en el bar y todo se va llenando de historias vividas desde el último encuentro. Es un tiempo para darse tiempo y aquí lo encuentran. Luego cada uno a su grupo para seguir compartiendo, orando, dialogando, escuchando como lo de Jesús les va ganando terreno, apasionando… 

Con ellos, un grupo de acompañantes. Unos son jesuitas, otros de la Comunidad de Vida Cristiana y religiosas de Jesús-María y de las Esclavas del Sagrado Corazón. Gente distinta que, desde la espiritualidad ignaciana, quieren acompañar los pasos que los universitarios quieran ir dando en la dirección del Evangelio.

Este martes nos juntamos todos los grupos para celebrar la Eucaristía y ha sucedido algo que nos sabríamos muy bien como explicar. Quizá ha sido la combinación de muchas cosas que han confluido. ¿Qué buscan todos estos universitarios que se juntan un martes, a las 10 de la noche para celebrar la Eucaristía? ¿Qué buscan cuando vienen un martes tras otro a sus reuniones de grupo? Lo único que nos toca a nosotros es acompañarles, estar a su lado, quererlos, apoyarlos, escucharlos, darles espacio para crezcan desde el deseo que Dios está despertando en ellos.