La compasión, virtud cívica

La compasión no tiene buena prensa. Pero a partir de su naturaleza como pasión y frente a las muchas suspicacias que levanta, nos proponemos hacer una apología de la virtud cívica de la compasión. Pensamos que la compasión es algo bueno porque es un valor intrínseco, pero además es beneficiosa. Es una pasión evangélica: el que seamos más o menos compasivos puede redundar en tener o no historias samaritanas para contarnos, que nos den sentido a lo que vivimos.

Mucha gente piensa que las ciudades mejoran cuando nos preocupamos unos de otros. Hay importantes razones sociales para la compasión, ya que toda la sociedad se ve afectada. La vida compasiva brota frente a la impersonalidad de nuestras ciudades, la corrupción y la explotación que en ellas se produce. Los actos de compasión tienen una importancia crucial en las ciudades, debido a la red de relaciones abiertas que provoca. La compasión es un valor, un medio de expresión, una forma de experimentar la esperanza y de entender la solidaridad.

Profesor: Xavier Quinzà, SJ

Fechas: 22-23 Octubre 2014 / 19-20 Noviembre 2014 / 26-27 Noviembre 2014 /

Horario: 19’30 h a 21 h

Matrícula: 40 euros

Programa del curso:

  • La piedad apasionada: raíz de lo sagrado
  • Las trampas de la compasión
  • Cuidar de nosotros, cuidar de los demás
  • Narraciones samaritanas: nos prestan su mirada
  • La vida compasiva en una ciudad agresiva
  • Las razones de la compasión
  • La compasión, el amor y la justicia
  • Conclusiones: la difícil alteridad y la compasión