El próximo 4 de diciembre a las 19:30h, Juan Agustín Blasco Carbó, presentará en el Centro Arrupe su libro “Señor Doctor: biografía de Janusz Korczak”. Con este motivo publicamos este artículo del autor del libro en el que presenta la figura de Janusz Korczak (22 julio 1878 -7 agosto 1942).
Con el nombre original de Henryk Goldszmidt, médico, militar, locutor de radio, escritor, activista social y pedagogo polaco nacido en el seno de una familia judía de finales del siglo XIX. Tras caer en su padre en la demencia, un reconocido abogado de la capital, se empezó a dedicar a la pediatría, pero dirigiendo su vocación hacia las clases más desfavorecidas. Tras viajar por Suiza, Francia, Alemania e Inglaterra instauró un original sistema pedagógico en los orfanatos al tiempo que escribía historias y cuentos para niños. Fue fundador del orfanato judío Dom Sierot y del católico Nasz Dom de Varsovia. Intervino en la Guerra Rusa en China, y posteriormente en la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Fue un precursor de la declaración de los derechos del niño y estuvo a favor de su emancipación, promoviendo su autogobierno incluso en los orfanatos, donde basándose en los principios de la democracia creó un sistema que también controlaba a los adultos como iguales. En su opinión, la formación social del niño no estaba tanto en la intimidad del hogar familiar como en la relación con sus compañeros. Intentaba garantizar a los niños una infancia libre de preocupaciones pero no de obligaciones. Incorporó a la educación la posibilidad de que los niños escribieran su propio periódico o intervinieran en obras de teatro.
Su ideario educativo determinaba: rechazo de toda violencia, sea física o verbal, aunque estuviera basada en la superioridad de edad o de poder; interacción educativa entre niños y adultos; la convicción de que el niño es un ser humano en la misma medida que un adulto; la regla según la cual el proceso educativo debería tener en cuenta la individualidad de cada niño, la idea de que el niño es quien mejor conoce sus propias necesidades, deseos y emociones y que debe ser tenido en cuenta; su derecho a la privacidad, a la libertad de opinión, a la propiedad privada; y la consideración del desarrollo evolutivo del niño como una tarea compleja y difícil.
Nunca consintió llevar la Estrella de David tras la ocupación nazi, por lo que estuvo varias veces en prisión. A pesar de múltiples ofrecimientos tanto de dentro como de fuera de Polonia, decidió entrar en el Gueto con sus niños y el resto de los trabajadores del orfanato. Mendigaba cada día para conseguir que subsistieran en tan terribles condiciones. Ante la previsión de una futura deportación preparó a los niños para la muerte con la obra de teatro de Tagore “El correo” en la que el protagonista, un niño, moría con plena esperanza. Unos días después los nazis desalojaron todos los orfanatos del Gueto. Korczak encabezó una procesión seguida de 192 niños y más de diez empleados. Iban todos con sus mejores galas. Antes de subir al tren, volvió a rechazar un ofrecimiento para salvarse. Todos fueron enviados al campo de concentración de Treblinka, de donde no se tuvo más noticia. Allí fueron gaseados e incinerados más de un millón de personas.
“Yo existo no para ser amado y admirado, sino para amar y actuar. No es obligación de nadie quererme. Es mi obligación preocuparme por el mundo, por el hombre”. Janusz Korczak
Juan Agustín Blasco Carbó