Él os bautizará con Espíritu Santo

Domingo 2º de Adviento – Ciclo B (Mc 1, 1-8)

Juan el Bautista es un hombre de Dios, vive en el desierto lejos del Templo, bautiza en el lugar por dónde el antiguo Israel entró en la tierra de la promesa, no viste como se viste en los palacios y, sobre todo, prepara el camino para el que tiene que venir y bautizar con Espíritu Santo.

En un tiempo en que no había ya profetas en Israel, en que todo era resignación ante el Imperio y los gestores de dios, aparece Juan que es “más que profeta”, dirá de él más tarde Jesús. Un hombre que impresiona porque todo él tiene aire de verdad y de coherencia, de honestidad, de pasión por el Dios de Israel, y por la urgencia y necesidad que tiene de Salvación el pueblo que camina en tinieblas.

Jesús se siente atraído por la fuerza y la coherencia de Juan. Deja su casa, se hace uno de sus seguidores y será bautizado por él. Juan bautiza con agua y anuncia un futuro bautismo de Espíritu Santo. Juan está preparando un camino por el que llegará uno que es más fuerte que él, pero él no es el camino, es el Precursor, es tan sólo el que tiene la humildad de prepararlo.

En este tiempo de Adviento es bueno recordar y celebrar a todos los hombres y mujeres que preparan caminos que llevan a la Vida, por todos lo que hacen que los deseos de paz y justicia no se apaguen, por aquellos que con su grito hacen que no se pierda memoria de que nuestro mundo no se puede deshumanizar más. Es verdad que posiblemente no “bautizan con Espíritu Santo”, pero disponen, preparan.

A la Buena Noticia no se llega directamente. Para llegar a la radical experiencia de filiación que tuvo Jesús en su Bautismo, a la profunda experiencia de Dios como ¡Abba! (papá) y sentirse invadido por el Santo Espíritu, tuvo que salir de casa, fiarse de los que le hablaban del Bautista, peregrinar hasta el desierto, dejarse conmover por Juan… Un camino recorrido en esperanza hasta encontrarse de lleno en el ámbito del Dios de la Vida.

Los caminos de seguimiento del Señor no los hacemos en solitario. En nuestras vidas ha habido situaciones, acontecimientos, hombres y mujeres que nos han zarandeado pero que así nos han allanado el camino de la vida, que nos han mostrado en qué consiste perdonar, reconciliar, acoger… muchos de ellos no creyentes pero que estaban radicalmente por lo humano, por un futuro mejor para todos, que nos han despertado de ensoñaciones y aturdimientos. Esos hombres y mujeres has sido juanes bautistas en nuestras vidas.

Juan el Bautista sabe, como buen hijo de Israel, que el Futuro es de Dios y sólo de Dios, por eso tiene que venir otro “más fuerte”. Juan sabe de sus límites y de su papel de precursor. No vincula a la gente a su persona, sino que los remite al “que ha de venir”, por eso es liberador, como liberadora ha sido la gente que en nuestra vida nos han hecho ir más allá y no nos han fijado en dependencias paralizantes.

En este tiempo de esperanza, de adviento, ayudémonos a ir un poco más allá de nuestras raquíticas metas cotidianas, que siga habiendo juanes bautistas que nos saquen de nuestras casillas y nos hagan vislumbrar que el Bautismo con el Santo Espíritu, que nos trae Jesús, nos abre a posibilidades nuevas que siempre están latentes.

Toni Catalá SJ