El próximo 6 de enero se estrenará en España la película «Silencio» de Scorsese, basada en la novela homónima del autor católico japonés Shusaku Endo (1923-1994), publicada en 1966. ¿Cuál es la base histórica de los hechos que podemos ver en esta película?
Cuando San Francisco Javier desembarcó en Japón en 1549, el país se hallaba al final del período Muromachi y el general Oda Nobunaga, verdadero dueño del país, accedió a la propagación de la fe cristiana. Su sucesor, Hideyoshi, cambió radicalmente de política en 1587, pero su decreto de expulsión de los misioneros no surtió efecto, y el cristianismo siguió creciendo. Sin embargo, en 1597, cambió de nuevo de parecer y ordenó la inmediata ejecución de 26 cristianos, europeos y japoneses, que fueron crucificados en el mes de febrero en Nagasaki. Este fue el primer martirio masivo, grupo encabezado por el mártir jesuita Pablo Miki, de origen japonés.
A inicios del siglo XVII se inició el aislamiento que vivió Japón hasta el siglo XIX, un aislamiento promovido por el gobierno feudal del Periodo Endo. Es lo que se ha llamado como “sakoku”, nombre con que se denominó esta política de reclusión comercial y cultural que implicaba que tanto extranjeros como japoneses tenían prohibido cruzar las fronteras del país bajo pena de muerte.
En este periodo se recrudecieron las persecuciones a los cristianos europeos y japoneses. A pesar de todo, hasta 1632, ningún misionero había apostatado. Pero en 1633 ocurrió un hecho catastrófico para la heroica misión japonesa: el Padre Cristóbal Ferreira, (Liam Neeson en la película), provincial de los jesuitas y antiguo profesor de teología en Campolide (Portugal), después de horas de agonía en la terrible tortura del “agujero”, renegó de la fe.
Algo más tarde, en el invierno de 1637 sucedió el levantamiento de Shimabara, siempre en la región de Nagasaki, en la isla de Kyushu. En primavera la rebelión fue totalmente aplastada y el regente prohibió de forma estrictísima cualquier forma de pertenencia al cristianismo y cerró totalmente el país a los portugueses (1639). Sin embargo, un grupo de jesuitas logró introducirse clandestinamente en el país hacia 1643. Al cabo de no mucho tiempo fueron descubiertos y torturados. Alguno de ellos acabó apostatando. La comunidad cristiana continuó existiendo en la más estricta clandestinidad, hasta la llegada de nuevos misioneros católicos, a partir de la restauración imperial realizada en el período Meiji (1868-1912).
La novela de Shusaku Endo, que ha sido adaptada para el cine por Scorsese, se inserta en el período de la persecución de estos misioneros jesuitas clandestinos.