Una vida fiel

Hoy 16 de mayo celebramos la Fiesta del jesuita san Andrés Bobola. Nos tenemos que situar en Polonia, año 1648. Los cosacos se levantan contra el reino polaco. El conflicto político se transforma en religioso al poner el foco en los católicos. Miles de fieles y decenas de sacerdotes pagan con la vida la fidelidad a la fe católica. La Compañía de Jesús es el centro del odio. Los jesuitas son los decididos sostenedores de la unión romana y eso implica la sentencia a muerte.

Andrés Bobola, incansable misionero por Ucrania, Volinia, Polesia, la Rusia Blanca, Polonia y Lituania continúa su tarea de consolar y fortalecer a los perseguidos y tratando de reconciliar estos dos mundos cristianos que se desconocen y se odian.

El 16 de mayo de 1657, en el pueblo de Molnilno, Andrés cae también en manos de los cosacos. “Hágase, Señor, tu voluntad”, son sus palabras al ser detenido. Azotado y torturado es llevado a rastras, atado el cuello a dos caballos, hasta la ciudad de Janow. Allí será sometido a una brutal tortura hasta la muerte. Lo último que dijo fue: “Jesús, María, ayúdenme.” Así dio testimonio este defensor de la unión religiosa que caminó proclamando paz sin miedo a entregarlo todo.

Noticia vía serjesuita