Quién esté libre que empiece a tirar piedras

Jesús se siente acosado por aquellos que no soportan su libertad y su compasión. Lo han querido detener. Fariseos y letrados, ante Jesús, se sienten amenazados porque les desenmascara la dureza de corazón, les denuncia las tendencias a apropiarse de Dios. Lo estamos viendo y celebrando en este tiempo de cuaresma.

1) LA MUJER, LOS FARISEOS Y JESÚS (Juan 8,1-11)

Jesús los confronta con sus propios miedos que les llevan a protegerse despreciando a las criaturas, poniéndose por encima “yo no soy como los demás”, “ha venido ese hijo tuyo…” “Si este fuera profeta sabría qué clase de mujer lo toca”… Jesús con su decir y hacer Reino les desenmascara: en el fondo de la prepotencia, el orgullo y el desprecio de los hombres y mujeres “religiosos” siempre hay personas que no aceptan su “ser uno de tantos”, personas cargadas de miedos. En el ámbito religioso, político, familiar, detrás de posturas agresivas y prepotentes, detrás de discursos que alimenta el odio, sólo hay miedos y temores no abordados

En este contexto de acoso y confrontación le presentan a Jesús una mujer adúltera. Ya conocemos la escena: quieren probar, tentar a Jesús, quieren “buscarle las cosquillas”, dejarlo en evidencia. Las autoridades religiosas tienen a Jesús “atragantado”, no soportan su libertad y compasión. El adulterio está penado con la lapidación. No es tanto un “pecado” que tenga que ver con la “moral sexual” en el ámbito de lo privado cuanto con algo más demoledor y destructor: el adulterio desencaja el orden social, la estabilidad de la aldea o pueblo, desestructura la familia, rompe el orden societario, generando dinámicas caóticas y esto hay que cortarlo de raíz. No es un tema menor, ni banal, la ley de Moisés es muy clara al respecto

Jesús lanza una cuestión a aquellos que le quieren provocar, que quieren contraponer compasión y justicia, que si no la damos por sabida y la meditamos es tremenda. Si alguien, en dos mil años, la ha querido contestar, ha sido un cínico integral: “Quién esté libre de pecado que empiece”, “venga, si alguno de vosotros se siente tan endiosado para destruir a una criatura de Dios que empiece”. ¡Es impresionante! Se marcharon todos empezando por los más mayores, empezando por aquellos que tienen más vida vivida y saben que todos tenemos “cadáveres en el armario”. Nos cargamos de miedos y entonces necesitamos ir por la vida con una mochila de piedras, qué pena…

Jesús no aplaude el adulterio. Jesús es hijo de Israel y sabe que la Torá y las Profetas configuran su vida. Lo que hace Jesús es no destruir la obra del Dios de los Padres y Madres de Israel. Jesús al no condenar a la mujer, le da posibilidades de Vida, rehabilita, reconstruye, perdona… Su corazón es limpio. Jesús envía a la mujer para que pueda reincorporarse a la comunidad con su dignidad afianzada. Se ha sentido perdonada, y ahora puede ser testigo de la grandeza del Dios Padre y Creador. Qué corazones más sucios deben tener los que no tienen inconveniente en tirar piedras a las criaturas más vulnerables y desencajadas. Tiempo de Cuaresma tiempo de Gracia, tiempo de volver al Evangelio, tiempo de bendición y no de destrucción.

2) GESTO PARA ESTA SEMANA #AYUNARD

En esta quinta semana de Cuaresma te proponemos #AyunarD miradas, gestos, lenguajes, discursos, bromas, comentarios que dañan al otro y que esconden actitudes de desprecio o rechazo. Te proponemos conocer la Red Antirrumores, enlazar.