Quedarse a la luna de Valencia

Con la celebración del Domingo de Ramos damos inicio a la Semana Santa y a la propuesta de una Pascua+Familiar en el Centro Arrupe. El lema, «¡Mira tu ciudad llena de vida!», nos acompañará a lo largo de estos días y nos pone en sintonía con el lema que tenemos para este curso, «En el corazón de la ciudad». La ciudad es, por tanto, hacia donde estamos aprendiendo a dirigir nuestra mirada siguiendo la invitación de la Exhortación La alegría del Evangelio que, en sus números 71 a 75, nos plantea los desafíos de las culturas urbanas.

En la celebración de este Domingo de Ramos hemos entrado en la ciudad con Jesús. Ella es lugar de confrontación entre la vida y la muerte, entre los poderes y los poderosos con aquel que sólo ha venido a traer la paz.

Queremos entrar en la ciudad y no quedarnos a la luna de Valencia. Es ésta una expresión que, según la tradición popular, hace referencia a aquellas personas que quedaban fuera de la ciudad de Valencia cuando las puertas de sus murallas se cerraban y debían pasar la noche al raso o, lo que es lo mismo, a la luna de Valencia.

Sea como sea, la celebración del domingo de Ramos nos ha permitido entrar en la ciudad siguiendo el rastro de Jesús que se adentra en ella para entregar la vida. A partir de ahora, podemos seguir encontrando modos de acceso a la ciudad y a lo que acontece en ella. Y es que no se trata de tomar la ciudad sino de adentrarse en ella y, transitando las vidas de quienes la habitan, ponerse al servicio de todo aquello que la humanice y sea signo de que el reino de Dios ya está en medio de la ciudad.